La uva Castañal, una variedad autóctona gallega, ha experimentado un resurgimiento reciente gracias a los esfuerzos de viticultores apasionados como Joaquín "Quín" Álvarez, quien ha dedicado 50 años al cultivo de vides en la subzona de O Rosal en Rías Baixas.
Junto a Martín Crusat y Dominique Roujou de Boubée, Quín está detrás del proyecto Teimosia, que busca destacar la personalidad única de los vinos tintos de esta región.
Históricamente, la Castañal era una de las muchas variedades de uvas tintas cultivadas en Galicia. Sin embargo, con la creación de la Denominación de Origen Rías Baixas en 1988, que se enfocó principalmente en la producción de Albariño, las uvas tintas perdieron protagonismo.
La D.O. Rías Baixas es conocida por su clima atlántico, que proporciona condiciones ideales para el cultivo de diversas variedades de uvas, incluyendo la Castañal. Esta uva, junto con otras como la Caiño Tinto y la Espadeiro, contribuye a la diversidad de vinos tintos que están ganando reconocimiento tanto a nivel local como internacional.
En la actualidad, la producción de Castañal se concentra en la región de Rías Baixas, especialmente en las subzonas de O Rosal y Condado do Tea. La uva es conocida por su capacidad de producir vinos frescos, ligeros y complejos, con una acidez equilibrada y notas distintivas que reflejan el terroir atlántico de Galicia. Además de Galicia, la Castañal también se cultiva en pequeñas cantidades en otras regiones vitivinícolas del noroeste de España y en algunas zonas de Portugal.
El proyecto Teimosía es un excelente ejemplo de cómo la colaboración entre viticultores y enólogos puede revitalizar variedades de uvas olvidadas, produciendo vinos únicos que capturan la esencia del paisaje gallego. Estos esfuerzos no solo preservan la riqueza vitivinícola de la región, sino que también promueven prácticas sostenibles que benefician al medio ambiente y a la comunidad local.